2 oct 2012

Ya no sigo con Tigo


Por John Acosta

Uno no termina de sorprenderse con el descaro de las empresas de servicios públicos de este país del alma. Venía yo caminando en la tarde de hoy por las calles de Barranquilla, cuando siento que me llega un mensaje al viejo Nokia de lamparita. Sin temor a que me atracaran (la tapa de la batería está pegada con cinta pegante al obsoleto equipo), saco del bolsillo del pantalón el celular y veo la lista de mensajes recibidos: era de Tigo, el operador de telefonía móvil al que le he sido fiel (y mi señora y mi hija Aura Elisa) por más de seis años.  “Ya me están cobrando la última factura”, pensé.  ¡Qué injusto estaba siendo con el buena gente de Tigo!