Por John Acosta
El conversatorio estuvo
animado por la música de millo que, desde el patio, se colaba al recinto.
Resulta que, a esa hora de la mañana, los niños del jardín Mi pequeña Uniautónoma festejaban su Carnaval en la plazoleta de la
Casa Club Caribe. No obstante, la melodía cadenciosa venía como anillo al dedo
porque en el Salón Principal del lugar se reflexionaba, precisamente, sobre los
10 años que han transcurrido desde que la Unesco declaró al Carnaval de
Barranquilla como Obra Maestra del
Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.