"Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez": Gabriel García Márquez
Por
Linda Aragón
Estudiante de Comunicación Social-Periodismo
Universidad Autónoma del Caribe
Universidad Autónoma del Caribe
Su cuerpo no sólo se ha subido en los monumentales
escenarios para llevar a cabo conciertos inolvidables alrededor del mundo: también
se ha subido en esos crudos y cruciales
escenarios que la vida misma diseña para ponernos a prueba y enseñarnos
lecciones inquebrantables. El trasegar de su pasado y presente ha estado
tanteando los terrenos del éxito y la derrota, los aplausos y los abucheos, la
humanidad y el engaño, el amor y la ingratitud, los viajes y los atolladeros,
la vida y la muerte: fuertes contrastes que lo llevaron a bajarse de la nube en
que estaba para que sintiera en los pies la textura rústica de la tierra que
nos carga. Pero lo más emblemático de todo esto es que su talento nunca lo
abandonó, siempre estuvo con él. La voz, el piano y el genio que lo impulsa a
seguir componiendo le han dado a comprender que la música no es únicamente
aquello que entra por los oídos, que es también lo que sale del corazón para
enamorarse del mundo.